
Dejando a un lado las cuestiones climatológicas, lo cierto es que la festividad de San Lorenzo nos trae cada año una lluvia de otro tipo, especial y diferente, en la que el cielo, en lugar de aguaceros, decide regalarnos cientos de estrellas fugaces.(...)lo ideal para disfrutar de esta lluvia de estrellas es buscar un lugar oscuro, alejado de cualquier foco de luz molesta, y tumbarnos, si es posible, en un sitio cómodo y tranquilo para mirar al cielo mientras soñamos con deseos que se cumplen y recordamos la historia de amor entre Perseo y la bella Andrómeda.
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Lluvia de estrellas fugaces en Madrid
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